Nunca le puse titulo, me gusta sin titulo.

Marcos tenía setenta y un años y, como en los últimos cincuenta años de su vida, despertó junto a Anabela, quien ya contaba unos sesenta y nueve.
El se levanto, se vistió y se sentó en la cama para atar sus zapatos. Anabela despertó y pregunto la hora. Eran las siete menos cuarto y el sol de verano ya se filtraba por las rendijas de la persiana.
Ella se levanto y fue al baño, se miro al espejo, lavo su cara y volvió a la habitación. Camino lentamente y se sentó a los pies de la cama, miro a Marcos y pregunto:

-Hace cuanto que dejamos de hacer el amor?

Marcos, que ya estaba saliendo del cuarto, permaneció en silencio mientras caminaba hacia la cocina.
Anabela se vistió y lo siguió.
Allí estaban ambos nuevamente, sentados uno frente al otro, callados, mirando sus tazas; el tiempo parecía pasar lentamente aquella mañana, como hacia ya demasiadas mañanas en sus vidas.
Marcos termino su desayuno, encendió un cigarrillo y, como todas las mañanas, Anabela le reto:

-Sabes lo que dijo el doctor sobre el tabaco!

El escucho, se levanto y fue hacia la puerta de entrada, la abrió y termino su cigarrillo mientras miraba pasar a los jóvenes trabajadores comenzando su actividad diaria. Suspiro, miro sus manos y levanto su cabeza hacia el cielo cerrando los ojos.
Luego se dirigió a la vereda, pasando por aquel jardín que ya no tenia la misma vitalidad y belleza que hacia veinte años atrás, y no era lo único que había perdido su vitalidad en esa casa con el paso del tiempo.
Cruzo la calle y se dirigió a la esquina, donde se encontraba el diariero que le había acompañado en cada mañana por los últimos treinta años.

-Buen día Marcos- dijo el diariero con su típica sonrisa, que Marcos nunca comprendió- linda mañanita, no?
-Si, muy hermosa- contesto Marcos, sin ánimos de querer entablar una conversación, como todas las mañanas.
- Así que puso en venta el auto?!
- Si, la verdad ni mi esposa ni yo estamos en condición de seguir manejándolo.
- Esperemos que se venda rápido, por lo que se ve lo tiene en buenas condiciones, es un desperdicio tenerlo ahí parado. Ah, aquí esta su diario.
- Gracias, nos vemos mañana.
- De nada, que tenga buen día. Adiós

Marcos se dio vuelta y se dirigió a su hogar. A mitad de cuadra paso frente al quiosco, donde todas las mañanas se frenaba a hacer compras. Aquel día no parecía querer detenerse, pero la quiosquera le atajo a mitad de camino diciendo:

-Don Marcos, hoy no va a comprar sus caramelos ácidos?
- No, el doctor me pidió que intentase dejar el azúcar, pero ya que estamos… véndame unos cigarrillos.
-Esta mal de saludo?
-No, no; es solo precaución, uno ya no tiene veinte años…

Al volver a su casa, Marcos se sentó en el living y abrió el diario. Anabela, que le escucho llegar, le pregunto:

-Compraste caramelos?
-No, sabes que dijo el doctor sobre el azúcar.
- Si, bueno; pero no es malo tener algo dulce en casa, por si acaso.
- Bien, si quieres caramelos, puedes cruzar y comprártelos, no?

Otra vez el silencio, ese silencio con aire a frustración que ya era común en sus vidas.
Marcos se quedo sentado en el living leyendo en su ya añejado sillón. Anabella iba de un lado al otro de la casa; hacia el almuerzo, limpiaba, daba de comer al gato, inspeccionaba que Marcos siguiese respirando y hasta buscaba si había algo decente en televisión.
Parecía no querer detenerse, tal vez por temor a que la muerte la alcance, quizás para no pensar…
Marcos seguía inmóvil, leyendo por segunda o tercera vez la sección de policiales; intentaba no hacer nada que llame la atención de Anabela.
Pronto llego la hora del almuerzo, Marcos y Anabela se sentaron otra vez frente a frente, mirando sus platos, como si ninguno de los dos quisiese cruzar su mirada con el otro.

-Acaso no hay vino?- recrimino Marcos.
- No, recuerda que el doctor dijo que solo podías tomar un vaso al día, pensé que te gustaría mas tomarlo con la cena…
- Hay mujer!-dijo marcos mientras se paraba a dejar el plato en el lavabo- Ya tengo setenta y un años! y no le pido mucho a la vida… Solo un buen vaso de vino mientras almuerzo!

Anabela se quedo sentada a la mesa, tomo su cabeza y se mantuvo inmóvil la siguiente media hora.
Marcos volvió al living, tomo un libro viejo, de esos libros que denotan mas de un par de leídas, y se quedo junto al teléfono, esperando que alguien llame por el aviso del auto.
Sus ojos ya estaban cansados por la lectura matutina, y la luz del living no hacia mas que empeorar las cosas para su fatiga.
Luego de esperara vanamente, con los ojos ya exhaustos, Marcos fue a su habitación a dormir una siesta.
Allí estaba Anabela, recostada, mirando triste hacia la ventana. Marcos entro, bajo la persiana y se recostó junto a ella, suspiro y cerro sus ojos dispuesto a dormir.

-Alguien llamo por lo del auto?- pregunto Anabela
- No.
- Bueno, es el primer día, ya llamaran.
-Es verdad.
-Recuerdas esa vez, cuando éramos jóvenes, que volvíamos del mar y el auto se quedo varado a mitad de camino?
- Aha…

Anabela sintió como el silencio hacia un nudo en su garganta…

-Duermes?-susurro Anabela
- Intento, pero pareces no querer dejarme hacerlo.
- Perdón, duerme.

Anabela se quedo dormida, y durante horas soñó que tenia diez años, que su padre y su madre aun vivían y que Marcos era tan solo un vecino de su edad que solía jugar con ella. Dormía sonriente en aquella calurosa siesta de verano.
Luego soñó que era nuevamente una joven, y que hacia el amor con su también joven esposo. La verdad es que sus recuerdos amorosos se mezclaban entre los de Marcos y los de uno que otro amante anterior a el… En realidad soñaba seguido con sus épocas de juventud, casi a diario. Anhelaba desde el fondo de su corazón aquellos tiempos en que se sentía hermosa y querida.
Al despertar, intento no hacer ruido, para dejar dormir a Marcos, que aprecia descansar placidamente. Eran las seis de la tarde. Se dirigía al baño, para lavar su cara, cuando Marcos despertó y dijo:

-Te imaginabas de joven esta vida?

Marcos solía ser expresivo solo cuando tenía algún planteamiento profundo; pero esta vez era Anabela quien no quería hablar.
Entro al baño, lavo su cara y no se vio al espejo; no quería mirarse vieja y achacada, y tampoco quería verse y recordar todos los sueños rotos que había dejado en el pasado.

-No sonó el teléfono?- Pregunto Marcos desde la puerta del baño.

Ella lavaba su cara y frotaba sus ojos una y otra vez, para que marcos no distinguiese sus lágrimas.

-No, o por lo menos no lo escuche.

Mientras Anabela seguía en el baño, Marcos se dirigió a la cocina y se preparo un te.

-No quieres merendar nada?- pregunto ;arcos mientras terminaba de preparar su bebida.
- Ya me preparare algo, gracias- contesto ella mientras caminaba hacia la cocina.

Marcos volvió al living y encendió la radio. Se sentó junto al teléfono y siguió esperando alguna llamada. Mientras tanto Anabela miraba por la ventana a los niños, con ojos perdidos, trayendo a la memoria aquel sueño, aquel alegre sueño que le recordaba su feliz niñez.
Luego se levanto, se dirigió al living y se paro junto a Marcos, callada, mirándole fijamente.

-Que haces ahí parada? Necesitas algo?
-No, solo necesitaba mirarte, esta mal?
-Solo es raro, porque me miras?
-Me preguntaba…
-Si?
-Todavía me amas?
-Como la primera vez que te vi – contesto Marcos, mientras se concentraba en escuchar la melodía del solo de una trompeta que sonaba en la radio y se preguntaba porque nadie había llamado todavía.



Fin.

Ruptura

El primer indicio de una ruptura es una negación.

Negación como concepto de contraposición hacia una idea, dejando de lado el simplismo del "no" como escapatoria de un cierto estado.

El llegar a la verdadera negación no esta en el hecho de no aceptar, sino de renegar de lo que alguna vez fue aceptado.

No se puede romper algo que jamás se tuvo, no se puede ir en contra de lo que no se conoce, no se puede ser opuesto a lo que no existe como concepto dentro de la propia mente!

Pero la negación es solo el primer paso; para llegar a la ruptura hay que crear una postura contraria a la negada conocida, hay que pensar en oposición, hay que ser el yang. No podemos ser solo negadores existenciales que escapamos de todo usando como excusa el "no".

Pero antes que eso, mucho antes, hay que saber que queremos; la parte más difícil... Que queremos? que deseamos? porque negamos lo que no queremos? que es lo que necesitamos dentro de nuestras vidas que nos lleva a oponernos a lo que ya tenemos?

La ruptura es mucho mas que solo ser seguidor de negadores, es mucho mas que estar en contra de quienes aceptan; es ir mas allá, construir desde la oposición, es darle importancia al vacío que se encuentra entre las paredes que rodean a una puerta.

For Sale

Escribir sin sentido, solo por escribir, solo por decir lo primero que se nos venga a la cabeza, solo por sacarnos las ganas. Palabras sin peso, sin valor, vacias. Fraces desnudas que no crean ni siquiera repugnancia.
No creer en las ideas de otros, no por nihilisto religionizado, no por menospreciar las creaciones agenas, no por cerrarse en uno mismo; sino por falta de espectativa, por descreer de las construcciones sociales, por sentir como el mundo cae en un gran lugar comun, vacio y conformista.
Nadie dice nada, pero creen que dicen todo; no analizamos lo que decimos? no creemos en nada mas que no sea lo que nos dicen de creer?
Donde esta la construccion social de ideas cuando nos venden un discurso y nosotros lo compramos? pero eso si... no somos compradores activos, todo es pacivo, ni nos damos cuenta, pero cuando nos enteramos ya compramos todo el sistema completo, es mas, embargamos nuestras cabezas para poder pagar nuestra estadia en el mundo de las maravillas... maravillas de esas que creemos tener, pero que en realidad apenas vemos de lejos de vez en cuando.
El mundo es tan solo un sistema, una forma, un pensamiento globalizado, un paradigma?
Pareciese que si... no creemos en nada mas que en eso que nos presentan preparado y listo para el consumo...
Gracias por comprar.

A veces

Me imagine alguna vez de 25 años teniendo solo 6? me imagine a los 25 años teniendo solo 6; no era tan malo, ver el mundo desde otros ojos, desde otro mundo, desde otra epoca, desde otro nivel, desde otras preocupaciones, desde otro animo, desde un yo que era mejor yo, tal vez.
Me pregunto que sera ser niño siendo casi adulto igual que me pregunte que seria ser adulto siendo casi niño... De ninguna de las dos formas tuve respuesta, al menos no una buena.
Pase por miles de lugares, miles de historias, miles de juegos, peleas, encuentros, desencuentros(mas desencuentros que encuentros), afectos, defectos, cuentos, mentiras, trampas, alegrias, iluciones, desiluciones y otras cosas, y todavia sueño con el momento en el que sere un niño, asi como mi niño soñaba con el dia en que sea mi yo actual...
Que desilucionado que estaria mi yo de 6 años de mi yo de 25! que doloroso que seria viajar y presentarme ante el y decirle: "hola yo soy el yo que vas a ser cuando seas como yo."
Creo que antes que termine la frase, mi yo de 6 años que nunca fue tonto, hasta que llegue a ser mi yo de 25, ya se habria muerto de tristeza, o tal vez me habria matado a mi yo de 25 años...
A veces pienso... donde estara el yo de 25 años que soñe ser cuando tenia 6 años? y a veces me pregunto: donde estaria yo si el yo que soñe a los 6 años estubiese en mi lugar?
Despues entro en razon y digo: a los 6 años pensaba que mi yo de 25 estaria haciendo preguntas, como el hacia, solo que mas interesantes... tendria que intentar hacer mis cuestionamientos mas profundos para llegar a estar a la altura del sueño de un niño de 6 años...

Tratando de no tratar

Menos mal o mas bien menos peor, peor que lo que vino y mejor que lo que pudo ser, tal vez.
Tratando de no tratar, intentando no ser, creyendo en la no existencia o saliendo del todo para unirse a las ordas del nihilismo existencial que no vuela, porque hace mucho se amputo sus alas.
Autocirujia implementada para quitar la venda de los ojos de quienes un dia decidieron ver lo que el mundo negaba rotundamente.
El mundo es humanidad, pues la humanidad hace al mundo ser lo que es; ya que sin humanidad nadie necesitaria nombrar la existencia, sin nombres no hay conocimiento, sin conocimiento hay no aceptacion, pues uno acepta las ideas de otro, y otro las de otro y asi la cultura es una cadena de aceptaciones impuestas por sociedades que no quieren perder su civilizacion en manos de la nada.
Y es que el temor mas grande del humano es la nada, por desconocerla, y el temor a lo desconocido los hace impotentes y cobardes, los hace aferrarse al pensamiento, a la reflexion o al deseo de tiempos mejores.
Tiempos mejores? donde el sufrimiento no exista, donde todo sea placer y mas placer, pero que es el placer? donde se esconde? porque no podemos tenerlo? Porque el placer viene del desconocimiento absoluto, del retorno; pero lo negamos, esperando un dia poder aceptarlo y conocerlo, pero lo que conozcamos no puede ser placentero, porque placer y conocer son antonimos.
Enemistad entre la sabiduria y la felicidad. Realidad aparente de un mundo que depende de referencias de mil mundos para existir.

LA MORAL COMO AUTOESCISIÓN DEL HOMBRE.

El buen autor, el que de veras se compromete con su causa, quiere que aparezca otro y lo eclipse sosteniendo la misma causa de modo más claro y resolviendo exhaustivamente los problemas contenidos en ella. La muchacha que ama desea descubrir, en la infidelidad del amado, la devota fidelidad de su propio amor. El soldado desea caer en el campo de batalla por su patria victoriosa: pues en la victoria de su patria triunfan al mismo tiempo sus más altos deseos. La madre da al hijo lo que se quita a sí misma, el sueño, la mejor comida, en algunos casos la salud y los bienes. ¿Pero son, todos éstos, estados altruistas? ¿Son, estas acciones de la moral milagros, en tanto que son, según expresión de Schopenhauer, �imposibles y con todo reales�? ¿No es evidente que en todos estos casos el hombre ama algo propio, un pensamiento, una aspiración, una criatura, más que otra cosa propia, es decir, que escinde su ser y sacrifica una parte de éste a la otra? ¿Acaso sucede algo esencialmente distinto cuando un testarudo dice: �Prefiero que me maten a ceder un palmo ante este hombre�? En todos estos casos existe la inclinación hacia algo (deseo, instinto, aspiración); secundarla con todas las consecuencias, no es, en ningún caso �altruista�. En la moral el hombre se trata a sí mismo, no como individuum, sino como dividuum.

Friedrich Nietzsche/ Humano Demaciado Humano

El pueblo donde soñar estaba prohibido

Que esperamos ver cuando alzamos nuestras miradas al cielo? Nada hay allí que no hayamos visto antes, no hay sorpresas en el, pero lo seguimos haciendo. Y cada vez que levantamos nuestras cabezas y miramos hacia arriba, todos nuestros sueños vienen a nuestra memoria, como si el firmamento crease un trance místico en nuestra psiquis.

En un pueblo, donde el nivel tecnológico era avanzado, un grupo de científicos descubrió que el hecho de levantar la mirada es lo que activa en nuestra mente la acción de recordar nuestros sueños.

Un tiempo después de haber hecho este descubrimiento, el pueblo se sumió en una gran crisis y la población se salio de control. La insatisfacción se sentía en el ambiente y el gobernante no tuvo más opción que utilizar aquel avance tecnológico para calmar a su gente. Así fue como este ordeno crear un mecanismo que inhibiese a la gente de alzar la mirada y obligo a todos a llevarlo, incluso a él mismo.

Con aquel aparato, rápidamente se calmaron los ánimos del pueblo, pero a cambio todos perdieron su individualidad; actuaban como si todo lo hiciesen mecánicamente. Ya no había diferencia entre humanos y herramientas en aquel lugar. Todo se volvió monótono y predecible, y la magia de vivir se transformo en solo una obligación entre tantas.

Una vez pasada la mala época, se abolió la ley anti sueños y los dispositivos fueron quitados de todos los habitantes. Pero, aunque había terminado la época de la prohibición, nadie quiso levantar su cabeza. Todos se encontraban conformes con esta decisión y así el pueblo se mantuvo en esta postura de no soñar. Raramente, el pueblo, aun sin sueños, comenzó a prosperar. Se transformo en un paraíso utópico sin precedentes, algo ni siquiera soñado por sus vecinos que envidiaban su grandeza en silencio.

Un día, un viajero llego al pueblo sin sueños. Se dirigió al hotel y decidió pasar la noche allí. Al amanecer, fue a desayunar al bar del hotel, donde le atendió un hombre que tenia una sonrisa radiante. Le pidió un café y este se lo trajo, mirándole alegremente. Entonces, el viajero, que no esperaba ver ese tipo de sonrisas en un lugar como este, le interrogo:

- Disculpe señor, puede decirme si es real que en este lugar nadie tiene sueños?

- No amigo, eso no es verdad, aquí todos tenemos sueños, pero jamás los recordamos.

- Y porque no los recuerdan?

- Pues no queremos hacerlo…

- No comprendo, porque alguien no querría recordar sus sueños?

- Durante mas de cuatro décadas se nos prohibió el recordar nuestros sueños, amigo. Nadie aquí tenia derecho a saber que era lo que más anhelaba. Todos sufrimos mucho esta orden, pero aprendimos algo de nuestro dolor silencioso…

- Que se puede aprender de ello?

- Comprendimos que no habíamos perdido nuestros sueños, sino que solo habíamos dejado de aferrarnos a ellos.

- En realidad cada vez me confunde más.

- Se lo resumo fácilmente, para no tener que explayarnos en teorías que solo confundirían su mente; los sueños que se hacen realidad, jamás fueron sueños.

Dicho esto, el hombre sonriente se retiro sin saludar, pero dejando en el viajero una sensación de despedida cordial en su alma.

El viajero no entendió estas palabras, pero se propuso algún día llegar a comprenderlas, pues quería gozar de la misma felicidad que aquel hombre le demostró ese día.

Así este regreso a su tierra y decidió imponerse la misma restricción que habían llevado a cabo los pobladores de este sitio utópico.

Durante mucho tiempo se sumió en una gran agonía existencial. Desolado, no hacia más que intentar recordar esos sueños que le mantenían vivo, pero era en vano.

Al cabo de unos años de suma introspección, se le vio feliz y comenzó a brillara cada vez mas su existencia, como si hubiese alcanzado una verdad absoluta o si su realización hubiese llegado al fin.

Un buen día, un amigo que sabia de su experimento, le visito para interrogarle sobre su estado actual, pues el sitio la evolución de aquel hombre y se sintió intrigado por aquella sensación que le llevaba a verlo tan diferente. Entonces se paro frente a él y le pregunto:

- Que es lo que ganaste perdiendo tus sueños? Porque ahora que ya no los tienes eres feliz?

Este contesto con las mismas palabras de aquel buen hombre del pueblo, en el bar del hotel:

-Oh, querido amigo! Es que los sueños que se hacen realidad jamás fueron sueños.

El visitante, con un gran rostro de duda luego de aquella explicación, le siguió cuestionando:

- Disculpa amigo mió, no logro entender tus palabras, es tal vez algo que se debe comprender sin usar el entendimiento?

Entonces, aquel feliz hombre contesto:

Amigo, es muy fácil; podemos transformar nuestras ideas en ideales, y vivir con esperanzas y expectativas sobre el mundo, aferrandonos a ellas aunque jamás lleguen; o podemos sino transformar nuestras ideas en conceptos, y llevar nuestras metas a cabo sin llegar a transformarlas en utópicas. Mi felicidad la gane al perder las falsas ilusiones a las que me aferraba. Gane mi libertad, mi realización, al poder ver la realidad dejando de lado mis fantasías. Los sueños son sueños si dejamos que lo sean.

Fin



(regalo de cumpleaños hecho a mi querida amiga Emilia Rivolta, perdon por subirlo, pero me gusta mucho este cuento)